Ir al contenido principal

Ferrocarril Roca. Muerte en el tren. ¿De quién hubo negligencia?

El día martes 16 del corriente, leía en el diario Clarín –en la sección correo de lectores- la siguiente carta:

"Muerte en un tren

El día 10, a las 18.55, los pasajeros hicimos parar el tren Metropolitano porque un hombre estaba descompuesto.

Tras 45 minutos de espera llegó ¿un paramédico?, mientras que los pasajeros intentamos hacerle resucitación cardiorrespiratoria; al principio tenía leve latido, pero luego de intentar sólo con voluntad humana, el hombre dejó de respirar. ¿Estando a escasas cuadras del Hospital Fiorito, fue necesaria tanta negligencia? 45 minutos que le costaron la vida a ese hombre. Lo sacaron del tren cuando se supone que tendría que haber venido un juez por muerte en la vía pública.

Mis condolencias a la familia, ya que se encontraba solo, y sólo pude avisarle a una persona del único número configurado que tenía su celular.

Patricia Campo
leoninaplate@hotmail.com
"

Decidí escribirle a su autora –a la dirección de correo publicada- para felicitarla por su compromiso al denunciar este hecho, dado que en esta época la indiferencia y el desinterés -el “no te metás”- se está instalando cada vez más en la sociedad. La falta de compromiso en denunciar situaciones similares -o delictivas, por caso- hace que muchas veces estos hechos queden impunes. Ésta vez la persona sufrió una descompensación y falleció, no fue un delito pero, de acuerdo a lo que se desprende de la carta, la persona no fue atendida en tiempo y forma. No sabemos con exactitud de quién fue la negligencia. Sin embargo, de algo estamos seguros: los pasajeros del tren estamos desamparados.
Evidentemente, no existen a lo largo de todo el recorrido, servicios médicos de emergencia. Si una persona se descompone, hay que esperar a una ambulancia. Y recordé el Petitorio de “Recuperemos el Tren” que el 5 de octubre se presentó en Casa de Gobierno. Uno de los puntos básicos exigidos era: * Incorporación de servicios médicos y de emergencia que cubran los diferentes ramales.

El hecho, resaltemos, ocurrió el día 10 de octubre de 2007 a las 18.55 h., en una formación del servicio eléctrico, en la estación Avellaneda. Convengamos que cuando Patricia dice “Metropolitano” seguramente se refiere a la actual concesionaria UGOFE S.A. Es lógico la confusión porque los empleados aún usan vestimenta con el logo de TMR.

Patricia Campo también me comentó que el diario Clarín no publicó su carta de forma íntegra; por lo que le solicité me la remita a mí que yo lo iba a hacer en el blog. Y lo que a continuación se trascribe es el mensaje completo que ella había escrito al diario:

A las 18.55 Hs. del día miércoles 10 de octubre, los pasajeros hicimos parar el tren Metropolitano porque un hombre estaba descompuesto.

Tras 45 minutos de espera llego ¿un paramédico?, mientras que los pasajeros intentamos hacerle resucitación cardiorrespiratoria, al principio tenía un leve latido, pero luego de intentar solo con voluntad humana, el hombre dejo de respirar. Y soportar que ante el reclamo a los empleados del Metropolitano, insultos. A pesar del esfuerzo, dejo de respirar cuando llego el bombero con casco de “ambulancia” ya era demasiado tarde.
¿Estando a escasas cuadras del Hospital Fiorito, fue necesaria tanta negligencia? 45 minutos que le costaron la vida a ese hombre.
Lo sacaron del tren cuando se supone que tendría que haber venido un juez por muerte en la vía pública.
Mis condolencias a la familia ya que se encontraba solo, y solo pude avisarle a una persona del único número configurado que tenía en su celular, cabe aclarar que las pertenencias quedaron en poder de los empleados del ferrocarril”.

Lo escrito en rojo, es lo que el diario Clarín no habría publicado. Recordemos que los medios se reservan el derecho de acotar o editar los mensajes. Pero me llamó poderosamente la atención cuando Patricia dice: “Y soportar que ante el reclamo a los empleados del Metropolitano, insultos”.

Por lo que le pedí a Patricia, nuevamente, me aclare este punto. A lo que respondió:

Los empleados del Roca, a los pasajeros cuando le reclamábamos que hicieran algo, después de unos minutos obvio que no estábamos tranquilos, nos insultaron, a mi por ejemplo me dijeron: "callate boluda, que te metes"
¿esta claro ahora? No me importaron los insultos, fue mas grave verlos con los brazos cruzados”.


Condenable, en todo sentido, la actitud del o los empleados del ferrocarril que tomaron intervención en esa situación. Y no me extraña lo que Patricia afirma, porque en otras circunstancias (aunque no tan delicadas, como en este caso) también se reciben insultos o malos tratos de los empleados, como respuesta.

Publico este post para que la familia de la persona fallecida tenga conocimiento de cómo se habrían desarrollado los hechos, de acuerdo a la versión de una testigo.

Por último, nuevamente quiero dar las gracias a la sra. Patricia Campo por su actitud y desinteresado testimonio.

Comentarios

Alejandro ha dicho que…
Nada que comentar más que condolencias y broncas acumuladas. Me hizo acordar al tipo que se murió al frente de muchos, en saenz peña y que también, quedó en la nada.
Que bronca ..mi dios
Movimiento Argenlibre ha dicho que…
Gracias por Luchar por Una Republica con Progreso para todos.
La Republica perdio una Batalla pero no la Guerra.

Fuerza Argentino, Los Republicanos estamos de Pie y con el Doble de Energias.

Un Gran Abrazo Republicano.

Gracias por Luchar contra los Korruptos, y por querer una Argentina COn verdadero Progreso para todos.

Movimiento Argenlibre

Entradas populares de este blog

(Burzaco) Rotonda "El Vapor": De nombres, palmeras y helicópteros.

¿ Sabía usted por qué le dicen "El Vapor"?. La licenciada Silvana Rodriguez (citada también en otras entradas anteriores ) nos trae la respuesta: El cruce de las actuales Avenidas Espora y Moteverde, conocido como “Rotonda El Vapor”, tiene una historia interesante. Este cruce es conocido desde principios del siglo XIX, ya que se trata de los caminos más antiguos que tenemos. En ese entonces una de las industrias más importantes eran las graserías, donde se manofacturaba parte del ganado que se carneaba en las estancias mucho más al sur; estas graserías eran conocidas como “vapores”, por las emanaciones de sus chimeneas. Así a principios de 1800 una grasería se instala en las inmediaciones de este cruce y con el tiempo se empezó a conocer como cruce del “vapor”, actualmente “Rotonda El Vapor”. A principios del siglo XX se confunde este nombre, la grasería ya no existía, con El Vapor de la Carrera, barco que cruzaba el Río de la Plata uniendo la ciudad de Buenos Aires con Colo

De golosinas y kioscos de nuestra infancia. Con nostalgia y un poco de humor (Parte I).

Si hay algo que uno recuerda con cierta añoranza son los kioscos de nuestra infancia. Aquellos lugares especiales donde uno entraba, y deseaba todo lo que en él había. Lógicamente del deseo al hecho había mucho trecho…Y eso estaba directamente relacionado a la posibilidad –generalmente económica- de compra de nuestros padres; algo que uno de niño no entendía, pero la vida te lo va enseñando a la fuerza… Por lo cual había golosinas que se convertían en deseos permanentes y hasta, a veces, incumplidos. ¿Quién no se ha sacado el gusto, ya de grande, de probar esa golosina de la que fuimos privados en nuestra infancia?, los motivos podían ser muchos, pero generalmente prevalecían dos: porque nos podían hacer mal o porque era cara. A veces la primera servía de excusa para no amargarnos con la segunda. Pero de adultos, al re-descubrir esa golosina en el kiosco, no podemos excusarnos y concretamos ese viejo anhelo. Pequeños placeres, que le llaman. Y si hay algo que podemos afirmar es que,

Mis vecinos están de fiesta...

Y cuando ellos festejan algo, sabemos muy bien lo que va a pasar. De hecho, está pasando en este preciso momento; en la casa contigua. Sus vecinos, o sea nosotros y, me arriesgaría a decir toda la manzana, estamos escuchando su música a todo volumen. Y para colmo de males… cumbia. Cumbia y gritos. Porque también acostumbran acompañar la “melodía” con gritos, gritos de alcohol, supongo. De cerveza o vino, da igual. Acaban de escucharse dos alaridos seguidos. Y los enganchados de cumbia que no paran ni un minuto…este ritmo tan pegadizo…porque te pega en el marote como un martillo. Digo, me pregunto, ¿ por qué no se quedará afónico mi vecino? Corrección, ¿por qué no se quedará afónico mi vecino y el que lo acompaña en su grito?, hacen un duo. Dos, a falta de uno. Pero esto recién empieza. Este coctel explosivo (para las cabezas de sus vecinos) de cumbia, gritos y vaya a saber que más durará toda la noche. Hasta las 8 am aproximadamente. Si, si….son de larga duración. Y al final vendrá la