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Cuando la esq. de Lavalle y Florida era peatonal. ¿O los nuevos carriles exclusivos?

Insólito. Es la mejor definición que encuentro para lo que observé esta mañana (a las 10.10 h.) mientras caminaba hacia el trabajo. Desde la calle Maipú, que está cortada en un tramo (al 400), una hilera de autos circulaban por la peatonal Lavalle (hacia el bajo), hasta la calle San Martín. Para ello, tuvieron que cruzar la intersección de Florida y Lavalle, emblemática esquina peatonal porteña.

Es frecuente ver algún que otro automóvil circular por Lavalle, para ingresar o salir de un garage, pero solo recorren media cuadra y desembocan en la primera calle lateral. Esta vez el tramo que debieron recorrer fueron dos cuadras enteras de calle peatonal.

Supongo que, para que esto haya ocurrido, la empresa que está llevando adelante la obra de repavimentación de Maipú, no cerró el acceso en su intersección con Tucumán. Tampoco había policía vial impidiendo el acceso de los automóviles a la peatonal.

Curioso, al menos para mí, resultaba ver que en la caravana de autos había varios taxis “libres” que levantaban pasajeros en plena Lavalle, a metros de Florida (¿nuevo carril exclusivo para taxis?). Lamentablemente no tenía una cámara de fotos para registrar lo que les cuento.

Más allá de la insólita escena la cuestión revestía ciertos riesgos porque cualquier desprevenido podía terminar herido. (Y claro, ¿que te vas a imaginar que en plena Lavalle y Florida te puede atropellar un auto?). Por eso, en la Comisaría 1era. (Lavalle al 400), me detuve y le comenté la situación al policía de guardia, consultándole que debía hacer para registrar la denuncia. El agente me miraba algo extrañado pero no fue complicado explicarle, tan solo le señalé hacia la esquina y pudo observar la caravana de autos que, desde más allá de Florida, desembocaban y retomaban por la calle San Martín.

Inmediatamente le hizo saber a un patrullero apostado en la puerta y, según me dijo, iba a solucionar el problema.

Reinicié la marcha, recordando el tango "Balada para un Loco", cuando en su introducción dice “las callecitas de Buenos Aires tienen ese no qué sé yo, viste?”.

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