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Ferrocarril Sarmiento y los incidentes de hoy.

Sobre los incidentes ocurridos en la línea del Ferrocarril Sarmiento, adhiero al comunicado de Recuperemos el Tren. Los invito a su lectura en:

www.pasajerosdelroca.blogspot.com

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(Burzaco) Rotonda "El Vapor": De nombres, palmeras y helicópteros.

¿ Sabía usted por qué le dicen "El Vapor"?. La licenciada Silvana Rodriguez (citada también en otras entradas anteriores ) nos trae la respuesta: El cruce de las actuales Avenidas Espora y Moteverde, conocido como “Rotonda El Vapor”, tiene una historia interesante. Este cruce es conocido desde principios del siglo XIX, ya que se trata de los caminos más antiguos que tenemos. En ese entonces una de las industrias más importantes eran las graserías, donde se manofacturaba parte del ganado que se carneaba en las estancias mucho más al sur; estas graserías eran conocidas como “vapores”, por las emanaciones de sus chimeneas. Así a principios de 1800 una grasería se instala en las inmediaciones de este cruce y con el tiempo se empezó a conocer como cruce del “vapor”, actualmente “Rotonda El Vapor”. A principios del siglo XX se confunde este nombre, la grasería ya no existía, con El Vapor de la Carrera, barco que cruzaba el Río de la Plata uniendo la ciudad de Buenos Aires con Colo

De golosinas y kioscos de nuestra infancia. Con nostalgia y un poco de humor (Parte I).

Si hay algo que uno recuerda con cierta añoranza son los kioscos de nuestra infancia. Aquellos lugares especiales donde uno entraba, y deseaba todo lo que en él había. Lógicamente del deseo al hecho había mucho trecho…Y eso estaba directamente relacionado a la posibilidad –generalmente económica- de compra de nuestros padres; algo que uno de niño no entendía, pero la vida te lo va enseñando a la fuerza… Por lo cual había golosinas que se convertían en deseos permanentes y hasta, a veces, incumplidos. ¿Quién no se ha sacado el gusto, ya de grande, de probar esa golosina de la que fuimos privados en nuestra infancia?, los motivos podían ser muchos, pero generalmente prevalecían dos: porque nos podían hacer mal o porque era cara. A veces la primera servía de excusa para no amargarnos con la segunda. Pero de adultos, al re-descubrir esa golosina en el kiosco, no podemos excusarnos y concretamos ese viejo anhelo. Pequeños placeres, que le llaman. Y si hay algo que podemos afirmar es que,

Mis vecinos están de fiesta...

Y cuando ellos festejan algo, sabemos muy bien lo que va a pasar. De hecho, está pasando en este preciso momento; en la casa contigua. Sus vecinos, o sea nosotros y, me arriesgaría a decir toda la manzana, estamos escuchando su música a todo volumen. Y para colmo de males… cumbia. Cumbia y gritos. Porque también acostumbran acompañar la “melodía” con gritos, gritos de alcohol, supongo. De cerveza o vino, da igual. Acaban de escucharse dos alaridos seguidos. Y los enganchados de cumbia que no paran ni un minuto…este ritmo tan pegadizo…porque te pega en el marote como un martillo. Digo, me pregunto, ¿ por qué no se quedará afónico mi vecino? Corrección, ¿por qué no se quedará afónico mi vecino y el que lo acompaña en su grito?, hacen un duo. Dos, a falta de uno. Pero esto recién empieza. Este coctel explosivo (para las cabezas de sus vecinos) de cumbia, gritos y vaya a saber que más durará toda la noche. Hasta las 8 am aproximadamente. Si, si….son de larga duración. Y al final vendrá la