Fuente del artículo: Diario Crítica de la Argentina
Pasado mañana, sabemos, con sólo cuatro meses de apuro, llegan las elecciones. Es difícil hablar de unas elecciones que nunca tuvieron mucho que decir, y sobre las que ya parece todo dicho. Es difícil, hoy, aquí, hablar de otra cosa.
Karl Krauss fue un gran periodista y ensayista austríaco que publicó solo, durante décadas, una revista que todavía se cita: Die Fäckel, La Antorcha. Había escrito casi todo sobre casi todo; por eso cuando, en 1934, dijo que “sobre Hitler no se me ocurre nada”, la frase fue un pequeño tratado sobre la inmensidad del horror. A mí sobre estas elecciones no se me ocurre nada por razones opuestas: la campaña de sus actores –actores– principales termina como empezó: manteniéndose a prudente distancia de cualquier cosa que se parezca, así sea por error, a una idea.
Salvo algún caso, como el del Proyecto Sur, cuyo avance –ya lo dije– me alegra, y más en la medida en que es el resultado de un esfuerzo hecho sin din…
Pasado mañana, sabemos, con sólo cuatro meses de apuro, llegan las elecciones. Es difícil hablar de unas elecciones que nunca tuvieron mucho que decir, y sobre las que ya parece todo dicho. Es difícil, hoy, aquí, hablar de otra cosa.
Karl Krauss fue un gran periodista y ensayista austríaco que publicó solo, durante décadas, una revista que todavía se cita: Die Fäckel, La Antorcha. Había escrito casi todo sobre casi todo; por eso cuando, en 1934, dijo que “sobre Hitler no se me ocurre nada”, la frase fue un pequeño tratado sobre la inmensidad del horror. A mí sobre estas elecciones no se me ocurre nada por razones opuestas: la campaña de sus actores –actores– principales termina como empezó: manteniéndose a prudente distancia de cualquier cosa que se parezca, así sea por error, a una idea.
Salvo algún caso, como el del Proyecto Sur, cuyo avance –ya lo dije– me alegra, y más en la medida en que es el resultado de un esfuerzo hecho sin din…