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Mostrando entradas de 2017

Coincidencias...(historias detrás de historias)

"Hoy en el vagón del tren (Roca) descubrí que alguien leía el mismo libro que yo, " Chicos de Varsovia ", de Ana Wajszczuk (que por cierto recomiendo)... El libro cuenta sobre el levantamiento de los polacos en Varsovia (01/08/1944) contra los nazis que habían ocupado la ciudad. Como el libro no es un bestseller (aunque ya tuvo su 4ta edición) o, mejor dicho, no es de esos que se "ponen de moda", me llamó la atención la coincidencia. Me intrigó saber el motivo por el que lo leía...Y no soy de quedarme con la duda... Entonces cuando bajamos en Constitución le señalé la coincidencia y resultó que su abuelos maternos eran polacos, oriundo de la región de Ucrania...de donde tuvieron que escapar cuando se sucedían las matanzas de polacos por el ejercito nacionalista ucraniano. Cuando llegaron a la Argentina se instalaron en Oberá, Misiones. Su mamá había nacido allí. Los chirridos ahora del subte no me dejaba oir bien. Su abuelo resultó ser un combati

Crónicas de Otros Mundos (pero que están cerca): "Traélo pa´ la comisaría" (una experiencia de "abducción") Última parte

Dejé atrás a los pescadores desconfiados y retomé el camino hacia Bragado. Estaba cansado para ir hasta la laguna....   (Antes de continuar te sugiero que leas la 1er. Parte y la 2 da Parte )  Había transcurrido más de una hora y media de caminata y deseaba llegar al hotel. Allí me esparaba un baño reparador y un merecido descanso pues al día siguiente debía partir temprano a Comodoro Py (tenía que obtener otros testimonios de un encuentro OVNI). Desde donde yo estaba, podía divisar el resplandor y algunas luces de la ciudad. Sin embargo, daba la impresión que a medida que me acercaba las luces se alejaban.   Poco antes de la medianoche llegué por fín a un camino asfaltado, era la ruta 5. Aunque todavía me faltaba recorrer una buena distancia hasta llegar al centro del pueblo, donde estaba el "bendito" hotel que, en ese momento, se me antojaba la tierra prometida. Caminaba por el costado de la ruta, cuando a poco de llegar a la intersección con la

Crónicas de Otros Mundos (pero que están cerca): "Traélo pa´ la comisaría" (una experiencia de "abducción") 2da parte

En el kiosco, donde había degustado mi sustanciosa cena, pregunté en que dirección estaba la laguna del Bragado, pues quería aprovechar la noche estrellada para hacer unas horas de observación nocturna, algo que acostumbraba a realizar toda vez que viajaba en busca de testimonios OVNI; a veces solo, como en este caso y, otras, acompañado de otros compañeros de viaje o testigos... (ántes de continuar podés leer la Primer parte ACÁ ) - Está en la misma dirección en la que vas- me dijo seguro el comerciante. -Siguiendo este mismo camino-, sentenció. Pero claro, el camino apenas se distinguía por la oscuridad reinante. Me crucé el bolso sobre la espalda, me cerré la campera (porque a pesar de ser febrero la noche estaba fresca) y empecé a caminar. De a poco se iban extinguiendo las últimas luces de Mechita.  La oscuridad ya era total,  a tal punto que no veía mis pies. De vez en cuando alumbraba el suelo con mi linterna, porque quería conservar las pilas ya que se

Crónicas de Otros Mundos (pero que están cerca): "Traelo pa´ la comisaría" (una experiencia de "abducción")

Era el año 1996. Anochecía en Mechita, un bucólico poblado ferroviario a 10 km. de Bragado...  Había llegado en el último colectivo desde Bragado y acababa de perder el último colectivo que me llevaba de vuelta.  En ese entonces los remises no eran frecuentes, y mucho menos en Mechita. De hecho, no recuerdo si había (*), pero tampoco estaba en mis planes tomarme uno (o mejor dicho, en mi presupuesto) porque eran pocos billetes los que me quedaban. El hotel en Bragado lo había pagado con tarjeta de crédito y, además, al día siguiente tenía que partir hacia Comodoro Py (otro poblado también cercano a Bragado).  Andaba con la plata justa. Anochecía en Mechita, decía, y yo ya había decidido volver caminando a Bragado.  Pero antes destiné unos pocos pesos a lo que sería mi cena: un alfajor y una coca.  Y luego si, definitivamente partiría... ¿Qué estaba haciendo en Mechita?- más de uno se preguntará...Fueron los OVNIs Así como leen, los OVNIS me había ll

"TITO"...(un recuerdo tallarín).

Si supe su nombre de pila, ahora no lo recuerdo. Ya me vendrá a la memoria mientras escribo ésto. Pero no me preocupa demasiado porque todos en el club lo conocían por Tito. Así, a secas. Cuando de pibe -a los 11 o quizás 12 años- quise ir a fútbol, tenías que ir primero con Tito. Y Tito, hombre de baja estatura pelo algo rubión (en lo de la estatura no hay dudas, en cuanto al pelo no lo puedo asegurar porque quizás mi recuerdo no sea exacto, pero que importa). Tenía un hablar pausado y lo hacía en un tono bajo que, a veces, era casi inaudible. Y éramos muchos los pibes que hacíamos fútbol con Tito. En ese entonces el no dirigía el fútbol infantil sino que era como una "canterita", luego probablemente él elegía entre los que tenían más o menos habilidades para pasarlo al equipo de "baby" (baby o papi que se yo, siempre me confundió el término). Era lo que luego se llamó "la escuelita", en la cual yo habré repetido porque nunca llegó el ansiado pase..

De golosinas y kioscos de nuestra infancia II: "Una reflexión que costó un huevo"

    A raíz del caso de mi amigo que tuvo una adicción con el polvito saltarín, como adelanté en la primera parte, decidí consultar a un especialista. José L. Taruffetti es psicólogo infanto juvenil. Le expliqué que estaba escribiendo un artículo sobre las golosinas y los kioscos de nuestra infancia, y me interesaba que me diera su parecer sobre lo que le pasó a mi amigo. Taruffetti se acomodó y antes de comenzar a hablar, me ofreció "mielcitas"; esos pequeños sachecitos coloridos por su contenido, que de niños masticábamos para vaciarlos del mismo, otro producto del cual desconocemos su proceso de higiene, o lo que es más acertado decir, no lo tiene.    Mientras chupaba la mielcita, fue como una especie de "deja vu", porque sentí que esa escena ya la había vivido con mi amigo. Recordé entonces, como si de un flashback se tratara, que saliendo de su adicción por el "Pop Rocks" (ese polvillo rojo), mi amigo recayó en otra. Precisamente, en las &qu

De golosinas y kioscos de nuestra infancia. Con nostalgia y un poco de humor (Parte I).

Si hay algo que uno recuerda con cierta añoranza son los kioscos de nuestra infancia. Aquellos lugares especiales donde uno entraba, y deseaba todo lo que en él había. Lógicamente del deseo al hecho había mucho trecho…Y eso estaba directamente relacionado a la posibilidad –generalmente económica- de compra de nuestros padres; algo que uno de niño no entendía, pero la vida te lo va enseñando a la fuerza… Por lo cual había golosinas que se convertían en deseos permanentes y hasta, a veces, incumplidos. ¿Quién no se ha sacado el gusto, ya de grande, de probar esa golosina de la que fuimos privados en nuestra infancia?, los motivos podían ser muchos, pero generalmente prevalecían dos: porque nos podían hacer mal o porque era cara. A veces la primera servía de excusa para no amargarnos con la segunda. Pero de adultos, al re-descubrir esa golosina en el kiosco, no podemos excusarnos y concretamos ese viejo anhelo. Pequeños placeres, que le llaman. Y si hay algo que podemos afirmar es que,

Olores, sabores y recuerdos...(A mis abuelos Mariana y Raúl)

Muchas cosas disparan recuerdos: fotos, rostros, escenas, lugares, olores, sonidos y sabores...Estos últimos frecuentemente a través de las comidas; ya sea por recetas que se transmiten por generaciones o sencillamente por su contenido. Así como al severo crítico culinario en "Ratatouille" el sabor de una comida simple lo hace viajar a su infancia a mí, ésta imagen, me lleva a la mía. Me trae muchos recuerdos, ciertamente, pero no de una olla pequeña para 4 sino de la siguiente escena: 2 o 3 ollas grandes dónde se cocinaba para más de 25 personas...en una cocina pequeña; y no hablo sólo del artefacto sino porque en verdad era pequeño el espacio que tenía esa cocina. Era un ambiente de 2 m de ancho x 4 m de largo donde solían estar hasta 5 mujeres preparando la salsa como ésta de la foto, con el estofado y los fideos.... La escena era en la casa de mis abuelos paternos Raúl y Mariana. En Escalada. Y eran domingos inolvidables donde toda la familia nos reuníamos. Tíos,

2da Charla literaria y solidaria, en Burzaco. Invitada: ÁNGELA PRADELLI

El grupo de vecinos que estamos desarrollando el proyecto narrativo " Memoria Colectiva (Alte Brown)" , mediante el cual buscamos recuperar historia(s) de distintos lugares de nuestro partido, organizamos junto al Club de Burzaco  (en su Centenario!) l a 2da Charla Literaria y Solidaria. En esta oportunidad será una charla abierta con ÁNGELA PRADELLI.  Será el sábado 20 de mayo a las 17 horas en el Club de Burzaco , ubicado en la calle Roca 715 a 1 cuadra de la estación del Ferrocarril. La entrada es gratuita, y solo pedimos la colaboración con 1 alimento no perecedero que será donado a una institución de bien público. ÁNGELA PRADELLI es escritora y profesora en Letras, entre  sus obras podemos mencionar:  " Amigas mias", "El lugar del padre", "Turdera", "Combi", "En mi nombre, historias de identidades restituidas", "La búsqueda del lenguaje", "El sentido de la lectura".... Su última obra "

Jacques Vallée en Argentina. Un Encuentro Cercano con un científico de mente abierta.

Primera imagen con Jacques Vallée (15-09-16), en el marco de la conferencia del CEFAe El jueves 22 de septiembre de 2016 , por la mañana, pude concretar uno de esos deseos que, creía, quedaría incumplido de por vida. Desde que tenía 15 años, cuando llegó a mis manos un viejo número de la ya desaparecida revista "Cuarta Dimensión" (que dirigía Fabio Zerpa), la cuestión OVNI despertó en mi una gran curiosidad. A los 18, ya había reunido y leído buena cantidad de bibliografía. Durante años fui recorriendo las librerías de "usados", ferias y puestos de plaza (hoy, existe Mercado Libre, pero en ese entonces internet ni se vislumbraba) y todo libro o revista que tuviera el término OVNI, platillos volantes, ufos, y similares terminaba en mi biblioteca. Siempre consideré importante leer de todo; pero, claro, el contenido de éstos variaba notablemente según la postura de su autor. Y el nivel del tratamiento que le daba a la información. También por el análisis y l