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PARO EN EL ROCA. Trenes sin rumbo

Ayer decía, en las breves líneas que volqué al blog, que estaba con mucha bronca para opinar sobre el paro del tren. Y la bronca no es buena consejera.

Hoy, si bien estoy más tranquilo, mi indignación perdura. En realidad, perdura desde hace tiempo y toda vez que viajo en tren…, en el Roca.

Claro que tengo alternativas para el viaje. Puedo tomarme un colectivo a una cuadra de casa y bajarme a una de la oficina; de esa forma me evitaría la malasangre de viajar en el tren (desde Burzaco, tengo 1h.45m en colectivo). O tomar una Combi en Adrogué, obviamente con el costo que esto implica. Pero... ¿por qué?. ¿por qué no poder usar un transporte público que debería ser eficaz y rápido?. (De Burzaco a Constitución, el tren -funcionando bien- tarda 35 minutos)

Por eso decidí no cambiar mi forma de viajar. Prefiero reclamar y exigir por un mejor servio. De lo contrario, siento que sería una actitud egoísta de mi parte, porque somos miles y miles las personas que usamos el tren. Y si entre todos no tratamos de cambiar esta situación, los trenes van a transitar las vías pero de la extinción (como ocurrió con los de larga distancia y los pueblos que dependían de él). Evidentemente nadie hace nada por el servicio ni por los usuarios; entonces, es hora de que nosotros hagamos algo para cambiar esta situación.

Para ello los invito a unirse a los distintos grupos de usuarios (Pasajeros del Roca, Recuperemos el tren, Grupo SUER, entre otros). Mediante acciones conjuntas se pueden lograr resultados. Hoy por hoy, continúa la recolección de firmas en un Petitorio, a través del cual se exige una serie de puntos que son condiciones básicas para el servicio de trenes que éste, como medio de transporte, debe ofrecer. Petitorio (avalado por cerca de 10.000 firmas) que se presentará el día 20 del corriente, en Casa de Gobierno. No estamos pidiendo nada de otro mundo, estamos exigiendo lo que todo usuario debería recibir. En definitiva estamos pagando por el boleto y con nuestros impuestos.

Es evidente que nadie se hace cargo de esta situación. Se tiran la pelota unos con otros. Nadie se hace responsable. Nadie hace nada por los pasajeros. Lo vemos diariamente desde hace años, y lo volvimos a ver ayer.

El gremio de los Ferroviarios decretó un paro sorpresivo “en protesta por las agresiones sufridas el lunes” porque “pasajeros intentaron prender fuego un vagón y agredir a trabajadores” (Fuente: Clarín, 05/09/07, las negritas son del diario).

Los gremialistas reclaman seguridad para los trabajadores. Y me parece bien que lo hagan pero sería bueno que también reclamen seguridad para los pasajeros que viajamos cotidianamente en el tren. Porque ellos (al igual que los responsables y contralores), bien saben la peligrosa y caótica situación en la que el servicio se encuentra: Veamos algunas que, como simple usuario nada más, uno puede observar:

Falta de mantenimiento en toda la red ferroviaria (vías y sistema de señales: hay lugares dónde el tren se mueve de forma alarmante).
* Pasos niveles peligrosos y sin controles adecuados. Ya tendrían que existir a lo largo de toda la extensión de la línea ferroviaria pasos bajo nivel (túneles), para los autos y puentes para peatones. Esto también es responsabilidad de los municipios. De esta forma se evitan muchos accidentes. Y la frecuencia de los trenes podría ser mejor. Claro que para ello sería necesario más formaciones.

En los trenes: Salta a la vista, y no hay que ser ingeniero, para observar una alarmante falta de mantenimiento general.

* Puertas trabadas tanto en el diesel como en el servicio eléctrico.
* Ventanillas rotas.
* No hay un solo matafuego en los vagones; en ninguna de las formaciones.
* No hay señalizaciones adecuadas para indicar las formas de evacuación en caso de emergencia.
En el servicio diesel, no hay ventanillas preparadas para tal fin. Las puertas (cuándo no están trabadas) son espacios muy reducidos para la evacuación del vagón. (Hablo con conocimiento de causa, dado que viví un accidente en ese servicio).
* Palancas que activan la apertura manual de las puertas. No sabemos si funcionan correctamente. Nada indica que existan verificaciones periódicas. (Viendo el estado del tren, podemos imaginar que tipo de verificación tienen éstas).
* No vemos escaleras para bajar de los trenes eléctricos dónde, se supone, deberían estar. (Compartimiento arriba de cada puerta).
* Trenes sin limpieza, con asientos rotos, y a veces, con chapas sobresaliendo.

* En las estaciones:

Plaza Constitución, por caso:

* Techos con peligro de caída de vidrios.
* Andenes con puestos de venta fijos y ambulantes, que ocupan un tercio de la plataforma. Lugar que debería estar libre de todo obstáculo para el tránsito diario y mucho más en caso de evacuación.
* Rejas enormes (en andenes 1 y 2) que tapan una salida directa a la calle, fundamental en caso de tener que evacuar de forma rápida.
* Las vallas de control de boleto, en la salida de los andenes (hacia el hall central) provocan demoras y efecto “embudo” con los riesgos que ellos implica en caso de evacuación (riesgo potenciado por las condiciones arriba descriptas)

Estaciones intermedias

* Falta de accesos para discapacitados.
* Deplorable estado de las plataformas. Las juntas en éstas, por ejemplo, están -en muchos casos- a desnivel; sabiéndose del peligro que puede ser tropezar y caer a la vía.
* Falta de salidas alternativas (Más puentes peatonales para salir de los andenes centrales; en Lanús, por ejemplo, está clausurada esa salida. En Glew hay un solo puente).
* Rejas (otra vez) que reducen el espacio para salir del andén, produciendo aglomeraciones. Éstas son un tema importante, porque para controlar la evasión de boletos no les interesa tapar con rejas salidas alternativas en caso de emergencia. Una vida vale más que millones de boletos.
* Falta de servicios sanitarios en todas las estaciones (y en condiciones higenicas aceptables). * Ausencia de servicios de emergencia.
* Escasa (y a veces, nula) seguridad.

Habrá muchas otras cosas para enumerar. Los usuarios que quieran, pueden ir detallándolas en los comentarios.

Otra de las denuncias de los gremialistas, apuntó a sabotajes con intereses políticos que llevan a poner en peligro la seguridad del personal (y del pasajero, no olvidarse!).

Ahora, no creo que ningún gremio esté libre de pecado. Ellos denuncian lo que es práctica habitual en las feroces internas para tener el control. Se espantan de sus propias formas de actuar (aprietes, sabotajes, descontroles). Esas actitudes, provengan de donde provengan, son absolutamente repudiables. Son las que, en definitiva, llevan al descontrol total y absoluto. Y nada solucionan. No son precisamente los usuarios ni los trabajadores ferroviarios los culpables.

En el servicio ferroviario (como en muchos otros ámbitos) hay demasiados intereses en juegos: políticos y económicos. En su momento no exigieron y reclamaron como correspondía para evitar el desguace de los servicios de larga distancia, como hoy no se observan acciones para evitar la decadencia que año tras año sufre el servicio.

No digo que no hubo una lucha de muchos ferroviarios que sintieron y sienten un tremendo amor y cariño por su profesión. Generaciones (y familias) de ferroviarios que han dedicado su vida y esfuerzo por y para el tren…y aún lo siguen haciendo. Sin embargo, muchas veces, sus representantes no terminan cumpliendo con su rol.

Y acá no es cuestión de entablar una lucha de ferroviarios contra usuarios, en definitiva, trabajadores contra trabajadores. No, de ninguna manera. La cuestión es unirse en un reclamo conjunto; y no únicamente para el bienestar de un lado sino para el bienestar de todos. Bienestar que se consigue recuperando lo perdido. Devolviéndole al servicio de trenes la función social que tiene. Un servicio digno. Un servicio que, aún con déficit, es imprescindible.

Las concesionarias no están exentas de estas críticas. Todo lo contrario, son conjuntamente con el Estado, las principales responsables de la situación de los trenes. Éstas son las que deben hacer las inversiones para mejorar el servicio. Y no la hacen. Reciben subsidios millonarios que no sabemos dónde van a parar. En mejoras, está a la vista que no.

Los responsables de controlar esta situación, no controlan (Comisión Nacional de Regulación del Transporte; la Secretaría de Transporte y el Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios). Nada hacen ante el reclamo de los usuarios. Hay graves acusaciones hacia funcionarios de éstos organismos y nadie responde. ¿No hay responsables?

Hoy por hoy, pareciera que se pretende calmar y “sobornar” a los usuarios permitiéndole viajar sin boleto. Ésta "vista gorda" no es, como muchos piensan, una forma de ayuda social para la gente. En realidad, por un lado, tienen fines electorales y, por otro, es una forma de acallar un genuino reclamo. Quién no saca el boleto, probablemente disconforme con el servicio, no se considera en condiciones de reclamar. Así lo creen ellos. Y hay gente que prefiere mirar para otro lado, mientras no tengan que pagar un costo por viajar. No seamos cómplice de esta situación. Con boleto o sin boleto hay que reclamar. Y hay que ser solidarios, en el sentido completo que esta palabra significa. Vale aclarar, que la crítica situación del tren no es precisamente por la evasión de boletos...

No soy ferroviario, desconozco muchas cosas del sistema de trenes. Quizás me equivoco en algunas cosas que aquí digo. Seguramente habrá muchos trabajadores –de hecho lo hubo- que hacen su esfuerzo y sacrificio, día a día, para cambiar esta situación, y no están a la vista. A ellos, mis respetos y apoyo.

Pero lo que expreso es lo que veo, y lo que siento como usuario toda vez que viajo en tren…en el Roca.

Juan Pablo Gómez
Burzaco

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