Y si, no podía ser de otra manera.
Así como los días de lluvias afloran por todos lados con los paraguas, ya aparecieron en el tren los vendedores de barbijos.
A dos pesos ofrecen este elemento hoy tan de moda que, sin embargo, en este medio no tiene mucha salida. Y es lógico, vaya a saber uno con que están hecho porque son casi transparente.
Seguramente, el que pensó hacer una buena recaudación con esto se habrá arrepentido de no haber seguido con el mantecol.
Así como los días de lluvias afloran por todos lados con los paraguas, ya aparecieron en el tren los vendedores de barbijos.
A dos pesos ofrecen este elemento hoy tan de moda que, sin embargo, en este medio no tiene mucha salida. Y es lógico, vaya a saber uno con que están hecho porque son casi transparente.
Seguramente, el que pensó hacer una buena recaudación con esto se habrá arrepentido de no haber seguido con el mantecol.
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