Y cuando ellos festejan algo, sabemos muy bien lo que va a pasar. De hecho, está pasando en este preciso momento; en la casa contigua.
Sus vecinos, o sea nosotros y, me arriesgaría a decir toda la manzana, estamos escuchando su música a todo volumen. Y para colmo de males… cumbia.
Cumbia y gritos. Porque también acostumbran acompañar la “melodía” con gritos, gritos de alcohol, supongo. De cerveza o vino, da igual.
Acaban de escucharse dos alaridos seguidos. Y los enganchados de cumbia que no paran ni un minuto…este ritmo tan pegadizo…porque te pega en el marote como un martillo.
Digo, me pregunto, ¿ por qué no se quedará afónico mi vecino? Corrección, ¿por qué no se quedará afónico mi vecino y el que lo acompaña en su grito?, hacen un duo. Dos, a falta de uno.
Pero esto recién empieza. Este coctel explosivo (para las cabezas de sus vecinos) de cumbia, gritos y vaya a saber que más durará toda la noche. Hasta las 8 am aproximadamente. Si, si….son de larga duración. Y al final vendrá la despedida en la puerta, saludos a los gritos a toda la parentela.
(Otro grito…)
(Y otro).
Como no vivo en departamento (donde hay ciertas reglas que cumplir), no hay manera de hacerlos razonar. Después de todo no ocurre todos los días….
(Y muevaaa..y muevaaa...muevaaaa..muevaaaa…) ahí está mi vecino, otra vez, imponiendo el ritmo!. A esta hora ya está eufórico, parece.
Ojo. Por la tarde ya había pistas… dos globos colgados en la reja del frente lo anunciaban, una buena forma de advertir a sus vecinos de lo que iba a ocurrir. Y pensás: cumpleaños… cagamos.
Mi señora no puede dormir. Y no sé que es peor…aguantar la música o los rezongos de ella. Porque yo , como la gran mayoría de los hombres, apoyo la cabeza en la almohada, me das…no digo cinco, diez segundos quizás.. y me quedé frito.
Subieron el volumen…parece que se coparon. Más euforia aún. Se van a levantar hasta los muertos del cementerio de la esquina.
Un apagón general sería una solución pero, solo en parte, porque pondrían el stereo del coche. Y todo sería casi igual. Al menos, la musica no retumbaría en las paredes.
Por eso cuando mis vecinos están de fiesta….mi mujer dispara. Se va a la casa de mis suegros porque no aguanta el ruido…
Bueno, pensándolo bien, después de todo no es tan malo.
Son buenos vecinos, mis vecinos.
En Burzaco, siendo las 00.30 horas.
Sus vecinos, o sea nosotros y, me arriesgaría a decir toda la manzana, estamos escuchando su música a todo volumen. Y para colmo de males… cumbia.
Cumbia y gritos. Porque también acostumbran acompañar la “melodía” con gritos, gritos de alcohol, supongo. De cerveza o vino, da igual.
Acaban de escucharse dos alaridos seguidos. Y los enganchados de cumbia que no paran ni un minuto…este ritmo tan pegadizo…porque te pega en el marote como un martillo.
Digo, me pregunto, ¿ por qué no se quedará afónico mi vecino? Corrección, ¿por qué no se quedará afónico mi vecino y el que lo acompaña en su grito?, hacen un duo. Dos, a falta de uno.
Pero esto recién empieza. Este coctel explosivo (para las cabezas de sus vecinos) de cumbia, gritos y vaya a saber que más durará toda la noche. Hasta las 8 am aproximadamente. Si, si….son de larga duración. Y al final vendrá la despedida en la puerta, saludos a los gritos a toda la parentela.
(Otro grito…)
(Y otro).
Como no vivo en departamento (donde hay ciertas reglas que cumplir), no hay manera de hacerlos razonar. Después de todo no ocurre todos los días….
(Y muevaaa..y muevaaa...muevaaaa..muevaaaa…) ahí está mi vecino, otra vez, imponiendo el ritmo!. A esta hora ya está eufórico, parece.
Ojo. Por la tarde ya había pistas… dos globos colgados en la reja del frente lo anunciaban, una buena forma de advertir a sus vecinos de lo que iba a ocurrir. Y pensás: cumpleaños… cagamos.
Mi señora no puede dormir. Y no sé que es peor…aguantar la música o los rezongos de ella. Porque yo , como la gran mayoría de los hombres, apoyo la cabeza en la almohada, me das…no digo cinco, diez segundos quizás.. y me quedé frito.
Subieron el volumen…parece que se coparon. Más euforia aún. Se van a levantar hasta los muertos del cementerio de la esquina.
Un apagón general sería una solución pero, solo en parte, porque pondrían el stereo del coche. Y todo sería casi igual. Al menos, la musica no retumbaría en las paredes.
Por eso cuando mis vecinos están de fiesta….mi mujer dispara. Se va a la casa de mis suegros porque no aguanta el ruido…
Bueno, pensándolo bien, después de todo no es tan malo.
Son buenos vecinos, mis vecinos.
En Burzaco, siendo las 00.30 horas.
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